viernes, 5 de marzo de 2010

Salsa
Olivos, Buenos Aires, Argentina, viernes, 20.00 PM- María además de ser la princesa de la salsa 2008 es pedicura. Tiene el pelo largo, rubio y hoy lleva puesta una musculosa negra que comprime sus grandes pechos. Habla rápido y cuando sonríe aparecen aquellas arrugas que con tanto maquillaje intenta ocultar. Tiene 48 años y no hay persona en Norcenter que no la conozca. Ella siempre es la primera en llegar y la última en irse.” La única vez que falté en seis años fue porque tuve el velorio de un amigo”, cuenta agitada mientras pide con confianza un vaso de agua al barman del lugar.
Aquel bowling- bar- restaurant con pista de baile es igual de impersonal a todo espacio multirecreativo dentro de un shopping y éste, ubicado en el conurbano bonaerense, no es la excepción. Sin embargo es aquí donde todos los viernes y domingos se juntan los mejores profesores y bailarines de salsa en Buenos Aires.
“Es lo mismo si sos gorda, flaca, vieja o fea, lo único que importa son tus ganas de bailar. Acá todos salimos del mismo lugar, no nacimos sabiendo bailar salsa, no es parte de nuestra cultura”, me dice con prisa entre sorbo y sorbo.

Viernes 1.00 AM –El salón esta que explota y ya se huele el sudor de los bailarines. Las mujeres al borde de la pista, esperan que algún caballero anfitrión las saque a bailar, el código aquí es que las damas no pueden sacar a los hombres ni bailar entre ellas. “Si bailaste bien el primer tema, tenés la noche garantizada a pura salsa”, asegura Sol, una joven principiante a la espera de una mano que la autorice a cruzar la barrera y poder así mover sus caderas. Por los parlantes suena Mark Anthony, entre pasito adelante, pasito atrás, vuelta y vuelta las parejas se miran entre sí para saber a quién sacar en el próximo tema.
“Están los cubaneros y los angeleros”, me explica Hernán Lablaquier del barrio de Liniers y profesor hace 17 años: “Al Abasto van los peruanos, a Belgrano van los cubanos, no nos mezclamos mucho, son diferentes estilos viste.” Con la tes morena producto de la cama solar y abundante gel en su pelo Hernán ocupa sus días dando clases de salsa en Norcenter, organiza shows y eventos por las noches y últimamente recorre los barrios cerrados para enseñarles el ritmo caribeño a las mujeres de la alta sociedad. “Desde que apareció el programa Bailando por un sueño en la televisión, la salsa se puso de moda, igualmente mis alumnas del country jamás se animarían a venir a una salsoteca.”

Viernes 4.00 AM. Luego de estar dos horas parada al borde de la pista y bailar un solo tema en toda la noche, decido partir. Salgo sonriendo y por un minuto olvido que estoy dentro de un Shopping, en las afueras de la Capital Federal.